Empecé a leer esta novela sin saber qué me iba a encontrar. Me gusta dejarme guiar por el título y la portada de la obra, sin consultar la sinopsis, y El olor de tu piel llevaba tiempo llamando mi atención.
Las primeras páginas me dejaron descolocada, pues la obra empieza fuerte, con un relato erótico que me hizo sacar el abanico. En ese momento, pensé que se trataba de una novela erótica, nada más lejos de la realidad. Enseguida me vi atrapada en un magnífico thriller policiaco y político, que llevado a la pantalla supondría una puesta en escena brutal. Y es que Manuel no ha dejado puntada sin hilo en una trama complicada, intrigante y excitante. Lo mejor es que, en este caso, no hay que decantarse entre la historia o los personajes porque si el thriller es muy bueno, sus protagonistas no se quedan atrás.
En un primer momento, parece que va a ser Melissa McBride la protagonista encargada de guiar al lector por la lectura, pero no es así. Cada personaje está tan bien definido, estudiado y ejecutado que el autor consigue que el lector se identifique con todos ellos, pues les ha dotado de un sello de identidad propio, de un pasado que les corroe en el presente y de una meta por la que luchar. A través de ellos, Manuel muestra que se siente cómodo mezclando géneros. Sin hacer ningún tipo de spoiler, me atrevo a decir que Melissa es el hilo conductor en el erotismo de la trama, el genuino Garritty en la parte más negra de la novela, y que Clark y Brown son la guinda romántica.
A pesar de la complejidad de la trama, la lectura es fluida. Los capítulos se enlazan los unos con los otros de manera brillante sin permitir que el lector pierda el interés por la obra. A todo ello, le tenéis que sumar un final que os va a dejar con la boca abierta. Por lo menos a mí me pasó, me sorprendió y, sabéis, que eso me encanta.
Espero que os animéis a leer esta novela que une a la perfección thriller con erotismo, intriga con pasión, dolor con amor.
También os invito a visitar el perfil de Manuel Torres y a conocer toda su obra.
Olga Prado 